El término “Educación No Formal” tiene sus orígenes en la: “Conferencia Internacional Sobre la Crisis Mundial de la Educación”, celebrada en Williamsburg, Virginia (USA) en 1967.
Coombs expone que la educación formal es incapaz de abarcar, cualitativa y cuantitativamente las necesidades de formación de las sociedades y que la educación no formal debería formar parte importante del esfuerzo total de la enseñanza de cualquier país.
La educación no formal como potencial del desarrollo marca las diferencias entre países industrializados y no industrializados. Gran parte de la confusión en el uso de las modalidades se debe a que dichos conceptos vienen unidos a este tipo de discurso en un marco de atención a la pobreza en los países de América Latina y fundamentalmente destinada a adultos de áreas rurales y zonas marginales (Coombs, 1972, Philip H. Coombsy Manzoor Ahmend, 1975.J. La Belle, 1980).
La educación no formal y la formal presentan la condición de ser procesos educativos, organizados, ordenados y sistematizados, mientras que esto no sucede con la educación informal.
Entre las muchas confusiones entre estas modalidades hay un concepto central que hay que analizar, el de la “intencionalidad”. La intencionalidad ha sido uno de los criterios más utilizados para explicar las diferencias: se basa en el supuesto de que una actividad educativa intencional correspondería a la modalidad formal o no formal, en contraparte, las que carecen de esta intencionalidad entrarían en el ámbito de la educación informal.
Educación no formal es a la sazón la modalidad educativa que comprende todas las prácticas y procesos que se desprenden de la participación de las personas en grupos sociales estructurados, intencionadamente educativos, pero cuya organización institucional no certifica para los ciclos escolarizados avalados por el Estado.
La educación no formal es atendida por organizaciones en dos niveles: aquellas cuyo propósito básico es el cambio social a través de acciones de alimentación, producción o salud y aquellas otras cuyo propósito básico es preferentemente educativo, pero que conforman un abanico de posibilidades y prácticas especificas que hace difícil de generalizar características básicas a su alrededor.
Particularidades de la Educación No Formal:
- Altamente integradas a otros fines y objetivos no educativos.
- Algunas propuestas sirven de complemento o reemplazo de la educación formal.
- Tiene diferente organización, patrocinadores heterogéneos y diversos métodos de instrucción.
- En general son prácticas voluntarias. Están destinados a personas de cualquier edad, origen e intereses.
- El acceso a estas actividades se da con un mínimo de requisitos.
- No culminan con la entrega de acreditaciones pero suele reconocerse.
- Preferentemente se realizan donde el grupo de interés vive y trabaja.
Es preciso que los procesos educativos no formales:
- Favorezcan el proceso de maduración personal, potenciando el autoconocimiento, las habilidades para las relaciones personales y sociales, el disfrute del ocio y del tiempo libre y el desarrollo de aptitudes como la creatividad, la expresión o la solidaridad.
- Faciliten el proceso de maduración e inserción social, educando en la participación social activa y en el desarrollo de los valores democráticos, fomentando actividades educativas y una actitud crítica ante los medios de comunicación de masas, donde los jóvenes sean los protagonistas y no sólo meros espectadores.
- Desarrollen un espíritu crítico ante el mundo que nos rodea y nos prepare para renovarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario